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Inicios de Dahmer
Dahmer no llego al mundo siendo un asesino. Nació en 1960 como parte de una familia de clase media tradicional de Wisconsin, pero se dice que rápidamente comenzó a mostrar una extraña fascinación con todo lo que tenía que ver con la muerte, coleccionaba los cadáveres de pequeños animales que encontraba cerca de su casa. Su padre dijo en una ocasión, que Jeffrey estaba “extrañamente fascinado, se dedicaba a investigar cómo eran los animales por dentro, al mismo tiempo que estaba desarrollando su sexualidad”.
El padre de Dahmer quien era químico le enseño la disciplina de la taxidermia, Jeffrey rápidamente aprendió a cómo utilizar químicos para disección, reconocer órganos en animales e incluso saber de qué habían muerto. Con el paso del tiempo el joven Dahmer comenzó a cazar, torturar, disecar y finalmente a poner a los animales en ácido para quedarse con sus esqueletos.
En la secundaria y preparatoria, Dahmer era algo extraño e inadaptado y según los reportes, solía romper las reglas, molestar a sus compañeros, además de comportarse de forma alarmante.
Su primera victima
Se cree que un evento que hizo detonar una “crisis patológica” en Dahmer fue que el matrimonio de sus padres fracasara. Esto causó que su madre lo abandonara, llevándose a su hermano menor. El padre por su parte, dejo a Dahmer por aproximadamente 3 meses para luego regresas con una nueva pareja.
En este tiempo Dahmer al no tener reglas o supervisión alguna comenzó a desarrollar fantasías sexuales extrañas y violentas que lo llevaron a cometer su primer asesinato.
El 18 de junio de 1978 Jeffrey Dahmer mientras manejaba en la noche, se encontró con un adolescente de 18 años, llamado Steven Mark Hicks, que iba camino a un concierto. Dahmer logró manipularlo y lo convenció de que fueran a su casa con el pretexto de invitarlo a tomar algo antes de ir a su destino.
Después de unas horas, Hicks intentó irse, pero Dahmer lo tomó como un rechazo, se enfureció, Hicks fue estrangulado hasta la muerte. Durante los siguientes minutos, Dahmer profanó el cuerpo del joven y lo desmembró para deshacerse de cualquier evidencia. En camino a su casa, la policía detuvo al sujeto y le preguntó qué es lo que transportaba en las bolsas negras de su auto; él respondió que solo era basura.
*Nota del investigador: Los restos de Steven Mark Hicks no fueron encontrados sino hasta 1991, cuando Dahmer confesó haberlo matado.
Ese fue el primero de muchos crímenes que Dahmer pudo ocultar gracias a que nadie lo percibía como una amenaza, incluso pudo ir a la universidad durante ese tiempo e incluso sirvió como un médico de combate en el ejército, hasta que su alcoholismo se convirtió en un problema, razón por la que fue dado de baja honorablemente y se mudó a un suburbio de Milwaukee.
Después de su primer asesinato, Dahmer se refugió en la religión católica y suprimió sus impulsos asesinos durante un tiempo. La convivencia con su abuela lo ayudó a mantenerse lejos de los crímenes aunque no bastó.
Durante este tiempo Dahmer estuvo en la cárcel, siendo culpado por agresión sexual de segundo grado, tras atacar en 1988 a Keison Sinthasomphone, un chico de 13 años que logró escaparse del departamento del asesino cuando este empezó a tocarlo y lo denunció. La policía le había asegurado a la familia del adolescente que la condena para su agresor sería severa, aunque solo fue condenado a un año de prisión.
Los crímenes del monstruo de Milwauke
Tras solo 10 meses estando en prisión salió en libertad condicial y aunque su oficial asignado a su caso no le dio seguimiento Dahmer pasó casi una década sin comer un solo crimen. Pero la paz alcanzada por el asesino se rompió, iniciando con ello una racha de desagradables crímenes que le valdrían el apodo del ‘Monstruo de Milwaukee’.
El 6 de mayo de 1991 que Jeffrey se le acercó a un desconocido de 14 años en el shopping Grand Avenue y le ofreció dinero para sacarle unas fotos desnudo en su departamento. El joven, llamado Konerak Sinthasomphone, cayó en la trampa y aceptó sin saber que Dahmer estaba imputado por haber agredido sexualmente a su hermano Keison.
A partir de entonces, comenzó una sucesión de atrocidades del homicida y de negligencias por parte de la policía. En un momento dado, Konerak logró escapar desnudo del departamento de su agresor después de haber sido violado y con un agujero en la cabeza por el que Jeffrey le había colocado ácido hidroclórico para afectar su cerebro, una práctica que llevaba a cabo para tener el control sobre las personas.
El 22 de julio siguiente, otro hombre corría por la calle en busca de ayuda. Su nombre era Tracy Edwards y se escapaba del asesino en serie que le había colocado unas esposas de las que había conseguido librarse. Edwards se metió en un coche de policía que patrullaba la zona y contó su versión de los hechos.
A pesar de que destilaba un fuerte olor a alcohol, los oficiales se acercaron a la dirección que él les había propiciado y llegaron así al domicilio de Dahmer. Después de conversar con él, entraron a su casa y encontraron todo tipo de evidencia.
Fue capturado allí mismo y condenado el 15 de febrero de 1992 a 15 cadenas perpetuas consecutivas, por las muertes de Steven Hicks, de 18 años; Steven Tuomi, de 25 años; James Doxtator, de 14 años; Richard Guerrero, de 22 años; Anthony Lee Sears, de 24 años; Raymond Smith, de 32 años; Edward Smith, de 27 años; Ernest Marquez, de 22 años; David Thomas, de 22 años; Curtis Durrell Straughter, de 17 años; Errol Lindsay, de 19 años; Anthony Hughes, de 31 años; Konerak Sinthasomphone, de 14 años; Matt Cleveland Turner, de 20 años; Jeremiah Weinberger, de 23 años; Oliver Lacy, de 24 años y Joseph Bradehoft, de 25 años.
Durante los tres años siguientes, Dahmer vivió en el Instituto Correccional de Columbia, donde aseguró haberse convertido al cristianismo y “retomado el camino de Dios”. Ese camino tuvo una mortal desviación el 28 de noviembre de 1994, cuando el ‘Monstruo de Milwaukee’ se peleó con uno de sus compañeros, Christopher Scarver, mientras trabajaban en la limpieza de la prisión. En el enfrentamiento, el recluso afroamericano golpeó a Dahmer con una barra de
Inicios de Dahmer
Dahmer no llego al mundo siendo un asesino. Nació en 1960 como parte de una familia de clase media tradicional de Wisconsin, pero se dice que rápidamente comenzó a mostrar una extraña fascinación con todo lo que tenía que ver con la muerte, coleccionaba los cadáveres de pequeños animales que encontraba cerca de su casa. Su padre dijo en una ocasión, que Jeffrey estaba “extrañamente fascinado, se dedicaba a investigar cómo eran los animales por dentro, al mismo tiempo que estaba desarrollando su sexualidad”.
El padre de Dahmer quien era químico le enseño la disciplina de la taxidermia, Jeffrey rápidamente aprendió a cómo utilizar químicos para disección, reconocer órganos en animales e incluso saber de qué habían muerto. Con el paso del tiempo el joven Dahmer comenzó a cazar, torturar, disecar y finalmente a poner a los animales en ácido para quedarse con sus esqueletos.
En la secundaria y preparatoria, Dahmer era algo extraño e inadaptado y según los reportes, solía romper las reglas, molestar a sus compañeros, además de comportarse de forma alarmante.
Su primera victima
Se cree que un evento que hizo detonar una “crisis patológica” en Dahmer fue que el matrimonio de sus padres fracasara. Esto causó que su madre lo abandonara, llevándose a su hermano menor. El padre por su parte, dejo a Dahmer por aproximadamente 3 meses para luego regresas con una nueva pareja.
En este tiempo Dahmer al no tener reglas o supervisión alguna comenzó a desarrollar fantasías sexuales extrañas y violentas que lo llevaron a cometer su primer asesinato.
El 18 de junio de 1978 Jeffrey Dahmer mientras manejaba en la noche, se encontró con un adolescente de 18 años, llamado Steven Mark Hicks, que iba camino a un concierto. Dahmer logró manipularlo y lo convenció de que fueran a su casa con el pretexto de invitarlo a tomar algo antes de ir a su destino.
Después de unas horas, Hicks intentó irse, pero Dahmer lo tomó como un rechazo, se enfureció, Hicks fue estrangulado hasta la muerte. Durante los siguientes minutos, Dahmer profanó el cuerpo del joven y lo desmembró para deshacerse de cualquier evidencia. En camino a su casa, la policía detuvo al sujeto y le preguntó qué es lo que transportaba en las bolsas negras de su auto; él respondió que solo era basura.
*Nota del investigador: Los restos de Steven Mark Hicks no fueron encontrados sino hasta 1991, cuando Dahmer confesó haberlo matado.
Ese fue el primero de muchos crímenes que Dahmer pudo ocultar gracias a que nadie lo percibía como una amenaza, incluso pudo ir a la universidad durante ese tiempo e incluso sirvió como un médico de combate en el ejército, hasta que su alcoholismo se convirtió en un problema, razón por la que fue dado de baja honorablemente y se mudó a un suburbio de Milwaukee.
Después de su primer asesinato, Dahmer se refugió en la religión católica y suprimió sus impulsos asesinos durante un tiempo. La convivencia con su abuela lo ayudó a mantenerse lejos de los crímenes aunque no bastó.
Durante este tiempo Dahmer estuvo en la cárcel, siendo culpado por agresión sexual de segundo grado, tras atacar en 1988 a Keison Sinthasomphone, un chico de 13 años que logró escaparse del departamento del asesino cuando este empezó a tocarlo y lo denunció. La policía le había asegurado a la familia del adolescente que la condena para su agresor sería severa, aunque solo fue condenado a un año de prisión.
Los crímenes del monstruo de Milwauke
Tras solo 10 meses estando en prisión salió en libertad condicial y aunque su oficial asignado a su caso no le dio seguimiento Dahmer pasó casi una década sin comer un solo crimen. Pero la paz alcanzada por el asesino se rompió, iniciando con ello una racha de desagradables crímenes que le valdrían el apodo del ‘Monstruo de Milwaukee’.
El 6 de mayo de 1991 que Jeffrey se le acercó a un desconocido de 14 años en el shopping Grand Avenue y le ofreció dinero para sacarle unas fotos desnudo en su departamento. El joven, llamado Konerak Sinthasomphone, cayó en la trampa y aceptó sin saber que Dahmer estaba imputado por haber agredido sexualmente a su hermano Keison.
A partir de entonces, comenzó una sucesión de atrocidades del homicida y de negligencias por parte de la policía. En un momento dado, Konerak logró escapar desnudo del departamento de su agresor después de haber sido violado y con un agujero en la cabeza por el que Jeffrey le había colocado ácido hidroclórico para afectar su cerebro, una práctica que llevaba a cabo para tener el control sobre las personas.
El 22 de julio siguiente, otro hombre corría por la calle en busca de ayuda. Su nombre era Tracy Edwards y se escapaba del asesino en serie que le había colocado unas esposas de las que había conseguido librarse. Edwards se metió en un coche de policía que patrullaba la zona y contó su versión de los hechos.
A pesar de que destilaba un fuerte olor a alcohol, los oficiales se acercaron a la dirección que él les había propiciado y llegaron así al domicilio de Dahmer. Después de conversar con él, entraron a su casa y encontraron todo tipo de evidencia.
Fue capturado allí mismo y condenado el 15 de febrero de 1992 a 15 cadenas perpetuas consecutivas, por las muertes de Steven Hicks, de 18 años; Steven Tuomi, de 25 años; James Doxtator, de 14 años; Richard Guerrero, de 22 años; Anthony Lee Sears, de 24 años; Raymond Smith, de 32 años; Edward Smith, de 27 años; Ernest Marquez, de 22 años; David Thomas, de 22 años; Curtis Durrell Straughter, de 17 años; Errol Lindsay, de 19 años; Anthony Hughes, de 31 años; Konerak Sinthasomphone, de 14 años; Matt Cleveland Turner, de 20 años; Jeremiah Weinberger, de 23 años; Oliver Lacy, de 24 años y Joseph Bradehoft, de 25 años.
Durante los tres años siguientes, Dahmer vivió en el Instituto Correccional de Columbia, donde aseguró haberse convertido al cristianismo y “retomado el camino de Dios”. Ese camino tuvo una mortal desviación el 28 de noviembre de 1994, cuando el ‘Monstruo de Milwaukee’ se peleó con uno de sus compañeros, Christopher Scarver, mientras trabajaban en la limpieza de la prisión. En el enfrentamiento, el recluso afroamericano golpeó a Dahmer con una barra de metal en dos ocasiones, causándole la muerte inmediata.